miércoles, 18 de julio de 2018

Dolor crónico, el mal invisible que se sufre en silencio



Comparto una interesante iniciativa en el abordaje multidisciplinar del dolor        crónico.   No todo son fármacos


Imagine, por un momento, sufrir dolor desde que se levanta hasta que se acuesta. A cada hora, a cada minuto, siempre. El dolor crónico condiciona la vida de cualquier persona y en la edad infantil puede convertirse, además, en un factor clave en lo que se refiere al desarrollo de la personalidad del individuo. Puede condicionar su vida adulta. Por ello, es de vital importancia llevar a cabo una intervención médica destinada a frenar –o al menos minimizar– ese dolor, así como realizar un tratamiento de fisioterapia. No parece tan obvio, pero es igual de necesario e imprescindible ofrecer una atención psicológica a los niños y adolescentes que padecen dolor crónico. Sin esa atención es casi imposible mejorar su situación y calidad de vida.
En este sentido, en 2017, un grupo de investigadores liderados por el doctor Jordi Miró, puso en marcha, gracias a la colaboración de la Obra Social «la Caixa», un programa de tratamiento psicológico del dolor crónico en adolescentes, que se ofrece de forma gratuita a través del Hospital Sant Joan de Reus. «El tratamiento del dolor crónico en niños ha de ser multidisciplinar porque, si no, está avocado al fracaso», asegura el doctor Jordi Miró, director de cátedra del dolor infantil en la Universidad Rovira i Virgili y coordinador del grupo de dolor infantil de la Sociedad Española del Dolor. «En España, se ofrece tratamiento médico y, en ocasiones, también fisioterapia; pero raramente se ofrece tratamiento psicológico». Sin embargo, el doctor apunta que «este último es imprescindible, sobre todo para entrenar y dotar al paciente de estrategias para afrontar el problema, que afecta a todos los ámbitos de la vida –prosigue, Miró–. Es importante ayudarles a hacer una reestructuración cognitiva para que no caigan en pensamientos negativos o catastróficos». El doctor Miró ha añadido que «también se les ayuda en lo que se refiere a la relaciones sociales; a saber responder de forma adecuada y asertiva a las demandas que les puedan hacer». Mediante el tratamiento psicológico se busca, además, «dotar a los pacientes de estrategias para mejorar el sueño, aumentar la práctica de actividad física, lo cual repercutirá probablemente en una mejora de la eficacia del tratamiento, reducir la fatiga, mejorar la calidad de vida y el estado de ánimo».
El tratamiento se concreta en sesiones grupales de hasta cuatro niños, todos ellos mayores de diez años, que se distribuyen y agrupan en función de su edad y sus necesidades concretas, y que se convocan dos veces por semana. Esta intervención psicológica, que se prolonga a lo largo de cinco semanas, es imprescindible porque «cuando el dolor se cronifica, la mejor manera de conseguir reducirlo o erradicarlo es mediante este tratamiento», destaca Miró, y añade que «si bien es cierto que en ocasiones el paciente puede llegar a mejorar de forma intuitiva, el tratamiento es la única forma de garantizar que se producirá de forma rápida y segura». De hecho, tal y como señala el doctor, están «observando ya como los profesionales sanitarios se han dado cuenta de la utilidad del tratamiento y lo valoran positivamente».
En España, una de cada cinco personas padece este «mal invisible», según datos de la Sociedad Española del Dolor.

Fuente:

lunes, 2 de julio de 2018

...esos pacientes motivados



La actitud ante la enfermedad,  la clave para ser ayudado y poder ayudar.



Los médicos estamos acostumbrados a atender pacientes con enfermedades o problemas importantes, y aunque mucha gente piensa que eso nos hace inmunes, nada más lejos de la realidad: generalmente nos sensibiliza hasta el punto de necesitar en algunos momentos, coger un poco de perspectiva para poder ayudar, que es nuestro trabajo. 
A algunos nos cuesta en muchos instantes incluso, contener las lágrimas y otros, optan por distanciarse para no sufrir. Es razonable e incluso en ocasiones necesario, pero el enfermo se siente más comprendido cuando lo miras a los ojos aunque te brillen.

Ante la pregunta ¿Cómo se encuentra? ¿cómo lo lleva?, encontramos miradas muy expresivas, que te quieren por una parte poder expresar de verdad, la ansiedad, el miedo, la rabia, el sentimiento de “que mala suerte que me ha tocado”… son muchas cosas que querer decir y no salen las palabras, o salen mal. Por eso a mí me gusta más dar por hecho la realidad :”vaya mala suerte, eh?” incluso a veces se me escapa alguna palabra poco habitual en una consulta, y después siempre propongo una ayuda cercana, un profesional a quien consultar cualquier duda, síntoma u opinión de lo que está sufriendo y a la vez un hombro en el que llorar y apoyarse.

En medio tenemos que hablar de lo que está digiriendo, de lo importante de la familia y de los amigos: toda la red de soporte cercana tiene un papel fundamental y hay que ponerlo en valor para que ellos se sientan parte y el paciente lo palpe como tal.
Por último, hay que hablar sobre cómo aprender a escucharnos, a entendernos y a aceptarnos.  Es importante para enfrentarnos a lo que pasa, lo que nos está ocurriendo y a poder tomar la actitud oportuna en cada momento. Porque es fundamental la actitud. ¿Cómo si no enfrentarnos a una enfermedad?.

Siempre es difícil pero por esas cualidades, hay enfermos con una capacidad espectacular de luchar e incluso ayudar a los demás con su experiencia como auténticos profesionales-enfermos y otros que les cuesta encontrar las fuerzas y tienen que encontrarse ellos primero, porque la fuerza la tenemos todos, sólo hay que buscar ayuda y dejarse ayudar.



Nota: Dedicado a todos esos maravillosos pacientes (y amig@s) a los que he podido ayudar y ellos me han ayudado a mí dándome un ejemplo de lucha. Y por supuesto, a todos aquellos capaces de emplear su experiencia y su fuerza en ayudar a los demás.

La gripe

Qué es la gripe y cómo nos afecta  La gripe es una infección respiratoria causada por el virus Influenza que tiene una a...