Las consecuencias de dormir poco sobre nuestra salud
Los seres humanos disponemos de un
reloj corporal interno que regula nuestros ritmos corporales, es como si
nuestro cuerpo estuviera programado para sincronizarse con el ciclo exterior de
luz y oscuridad, estando activos y despiertos de día y preparados para dormir y
descansar de noche coincidiendo con el descenso de la temperatura corporal, que
comienza a última hora del día.
Parece existir una relación entre las
“ideales 7 u 8 horas de sueño” y la buena salud física y mental, sin embargo
hay autores que defienden que cada persona tiene una “cuota individual de sueño”.
Sabemos por los estudios realizados,
que existen patrones de comportamiento en el ritmo del sueño-vigilia: patrón de
sueño corto (los que duermen menos de 5 horas), el de sueño intermedio (7 a 8
horas) y sueño largo (más de 9 horas). Por otro lado, hay personas con un sueño
eficiente o de buena calidad y de personas con sueño no eficiente o de pobre
calidad.
Tendemos a perder sueño. Comparando la
duración del sueño en jóvenes desde hace unas décadas, se ha encontrado
encontrado una reducción del tiempo total del sueño de aproximadamente de una
hora y media. La pérdida de sueño es una experiencia frecuente en nuestras
vidas. De hecho, es durante los fines de semana y vacaciones cuando
aprovechamos para dormir algo más.
A lo largo de nuestra vida, aparecen
múltiples motivos q de forma más o menos transitoria nos puede generar
insomnio: problemas de salud, determinados síntomas como el dolor, realizar
poca actividad física, exigencias laborales, situación vital estresante, problemas familiares e incluso la toma de
algunos medicamentos.
Es cuando se alarga el insomnio
durante semanas o meses , cuando aparecen signos de déficit de descanso como
somnolencia diurna, cansancio, problemas de atención, pobre concentración, y
síntomas físicos como dolor muscular o mialgia. Están demostrados los efectos
negativos sobre la salud que tiene la restricción de las horas de sueño
nocturno consideradas adecuadas.
Parece existir una estrecha
interrelación entre los procesos de sueño y el estado general de salud física y
psicológica de una persona, incluso con la longevidad. Asi, las personas que
duermen menos de 4 horas o más de 9 horas, pueden tener mayor riesgo de muerte
temprana. Además, los sujetos que tienen un patrón de sueño intermedio,
presentan un mayor bienestar psicológico
y menor riesgo de sufrir depresión o ansiedad.
Por otro lado, se ha demostrado que
las personas que sufren somnolencia diurna suelen tener el patrón corto o
largo, siendo la sensación de cansancio o falta de energía y las dificultades
para seguir el funcionamiento de la vida diaria, causas de percepción de mala
calidad de vida y aumento de la accidentabilidad. Además, los trastornos del
sueño conllevan al abuso de café y/o alcohol, especialmente en varones y de
hipnóticos en mujeres.
En los adolescentes, más del 70% no
llegan a dormir las 8 a 10 horas que requieren para una salud óptima en esa
franja de edad. Esa somnolencia diurna se asocia a bajo rendimiento académico, e
incluso parece haber una relación entre los estudiantes que duermen menos de 6
horas y practicar conductas de riesgo tales como tomar alcohol, tabaco,
marihuana u otras drogas y de conducir después de beber.
En mujeres, un estudio publicado en
el Journal of Bone and Mineral
Research revela que aquellas que duermen poco o mucho (5 o 10
horas) tienen 25% más probabilidades de sufrir caídas al menos dos veces al año
y, en consecuencia, fracturas óseas, en comparación con aquellas que descansan las
7-8 horas recomendadas. Además, el estudio concluye que la mala calidad del
sueño, el insomnio y más trastornos del sueño también se asocian con un aumento
de las probabilidades de caídas recurrentes.
El sueño es sin duda un excelente
indicador del estado de salud de las personas.
Todas las intervenciones y estrategias que desarrollemos para mejorar
nuestro sueño, redundarán en una mejor calidad de vida y prevendrán la
aparición de enfermedades. Hacer ejercicio físico, llevar una alimentación
saludable y tener buenos horarios de descanso, sigue siendo actualmente las
claves de la buena salud.
Carmen Jódar
Casanova
Médico de
Familia
Referencias
Bibliográficas:
1-
Morales, E. M.,
del Carmen Cano, M., & Casal, G. B. (2005). Sueño y calidad de
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