domingo, 17 de junio de 2018

El paciente puede y debe decidir



Toma de decisiones compartida: 


un modelo actualizado de relación médico-paciente

La toma decisiones compartida es un estilo de relación entre el profesional sanitario y el paciente que se puede aplicar a todo tipo de interacción o de consulta. Supone un cambio en la forma tradicional de la Atención sanitaria, puesto que pasamos de un modelo  paternalista a una relación más colaborativa.
El profesional sanitario aporta los conocimientos, el paciente y la familia intercambian información personal, familiar, social… toda aquella que sea importante por condicionar al paciente en la decisión que tiene que tomar.  Se deliberan las distintas opciones con el objetivo final de llegar a una decisión consensuada. Supone un trabajo de negociación continuado y respetar las decisiones del paciente que tome en un ejercicio de autonomía.
Las habilidades necesarias son: la empatía para establecer una relación de confianza, explorar y determinar las preferencias del paciente sobre la información que desea recibir y con quién, y por último la comunicación cálida y sencilla para que el paciente sienta que entiende la información y pueda decidir con seguridad.
Hay tres tipos de herramientas:
1.     Aquellas utilizadas por los clínicos en las entrevistas cara a cara: muestran la información utilizando frases cortas o gráficos, que pueden ser compartidos a través de un ordenador en una consulta. Son herramientas que no pueden ser utilizadas de forma independiente por los pacientes, por no poder ser entendidas sin el apoyo del profesional sanitario. Requieren un mínimo entrenamiento y aunque están diseñadas para adaptarse al tiempo de consulta, son incompatibles en las agendas actuales en Atención Primaria actuales.
2.     Aquellas que pueden utilizarse independientemente de la entrevista clínica: diseñadas para los pacientes, normalmente después de una primera consulta, y con el consejo de volver para continuar la discusión, o antes de la misma, para que los pacientes lleguen mejor informados y se puedan participar con seguridad en la toma de decisiones.
3.     Aquellas mediadas a través de redes sociales. Cada vez son más los grupos y comunidades de pacientes en Twiter y Facebook con foros de discusión y de ayuda con información en torno a determinadas  enfermedades.  También es importante que los profesionales  sanitarios participemos en la cura de contenidos en estas nuevas herramientas digitales.

Los profesionales sanitarios tenemos que estar disponibles y debemos involucrarnos en el proceso de toma de decisiones como una mejora sustancial en la relación médico-paciente.












jueves, 14 de junio de 2018

¿Porqué me duele tanto?


¿Porqué me duele tanto?

El dolor crónico y la Sensibilización Central


Cuando sufrimos dolor durante un tiempo prolongado, nuestras terminaciones sensitivas se quedan como irritadas, provocando una hipersensibilidad al dolor. La sensibilización central es percibir una señal amplificada del dolor en el Sistema Nervioso Central como consecuencia de esa “irritación” constante por un dolor mantenido durante un largo periodo de tiempo.

Os dejo un artículo que explica porqué pacientes con artrosis pueden tener una mala respuesta a analgésicos convencionales y muchas veces padecen además  cansancio, síntomas de ansiedad, depresión y trastornos del sueño.

http://elmedicointeractivo.com/el-dolor-cronico-con-signos-de-sensibilizacion-central-es-muy-prevalente-pero-esta-subdiagnosticado/


domingo, 29 de abril de 2018

El Duelo



Hay mucha literatura sobre el duelo. En un momento tan difícil, puede ser interesante leer algo que te oriente a entender las sensaciones que tienes, pero es mucho más interesante hablar con alguien sobre ellas.

Con este escrito no pretendo suplir un libro,  sólo contar mi experiencia en la consulta y lo que hablo con mis pacientes para ayudarles a  sobrellevar el dolor.
Por ser un poco extenso, lo he dividido en dos partes: esta primera que es la teoría, los conocimientos básicos que comparto con mis pacientes para comprender lo que ocurre y otra con una reflexión de las experiencias vividas, tanto a nivel personal como profesional: ¡Quién no ha sufrido un duelo!

El duelo es el proceso de adaptación emocional que sigue a cualquier pérdida, sea un ser querido, una relación, un niño no nacido, una enfermedad que nos produce una pérdida en nuestra calidad de vida,  un empleo, incluso un cambio de casa o de colegio lo puede ser. El duelo es la reacción de la psique ante la pérdida de una persona, animal, objeto o evento significativo. Se trata de una reacción principalmente emocional y del comportamiento en forma de sufrimiento y aflicción, cuando un vínculo afectivo se rompe. Nos vamos a centrar en el duelo de un ser querido, por ser el más difícil al que nos enfrentamos en la vida, pero los demás duelos comentados, pueden tener rasgos comunes y es interesante reconocer lo que ocurre para gestionarlos bien.

El dolor en el duelo es TOTAL: biológico, psicológico, social, familiar y espiritual. Se afecta absolutamente la persona y su entorno hasta un punto indescriptible. Es por esto la dificultad en la elaboración de una nueva vida.

Están descritas varias etapas en el duelo que no siempre se cumplen todas ni en el orden señalado

1.     Fase de negación , normalmente los primeros días, es como el estado de shock inicial que no te lo terminas de creer o que casi estás escuchando a esa persona en su rutina cercana
2.  Fase de enfado, indiferencia o ira : son días diferentes, cambiantes, cada uno de una manera. Unos días te encuentras enfadado con el mundo, todo te sienta mal, a veces incluso terminamos pagándola con el que menos lo merece y luego te arrepientes de lo dicho o hecho… está justificado que te sientas mal, pero los demás no tienen la culpa de lo que pasa. Es mejor avisar a tu entorno cercano: “hoy estoy enfadado, no es nada contigo pero te aviso por si me ves raro/a; se me pasará”. Es una forma también de tomar conciencia de cómo nos sentimos. Es más probable que no hagamos o contestemos algo inmerecido de lo que luego nos arrepintamos y tengamos que pedir perdón.
Otros días de estos nos apetece estar aislados de los demás, no pasa nada. Tenemos que conocernos mejor y permitirnos esos “espacios”. Si alguien te pregunta, pues igualmente explicamos cómo nos sentimos. No nos equivoquemos: los demás nos respetan, estamos pasando un duelo y cada uno tiene una forma de expresar el dolor. La gente que nos quiere, nos quiere como somos y nos respeta: RESPETÉMONOS NOSOTROS TAMBIÉN.
Luego hay otros días en los que estamos en la rutina y que parece que no ocurre nada alrededor. De repente caemos en la cuenta de que esa persona ya no está, que raro, es como si hoy no sintiera nada… son los silencios de nuestro dolor, como una vía de escape. No tenemos que sentirnos mal por eso tampoco. Hay que dejar a nuestro cuerpo expresarse y nuestros sentimientos afloren como necesiten.

3.     Fase de negociación : es contigo mismo, como buscar cosas que te ayuden a sentirte mejor y no te hagan sentir culpable. En ocasiones el sentirse mejor crea sentimientos de culpa: no debe ser así.
4.     Fase de dolor emocional : qué voy a decir…ese dolor interior que no se calma llorando. Es la ansiedad en su mayor expresión.
5.     Fase de aceptación : es siempre la última fase por ser necesaria para seguir nuestra vida.

El tiempo que dura un duelo es variable, es personal y depende de la pérdida que estemos sufriendo: no es lo mismo un traslado de un colegio en un niño, que sufre la pérdida de unos amigos pero está haciendo otros, que por supuesto la pérdida de un ser querido. Lo que hablo siempre con mis pacientes en el duelo de un familiar es que no tenemos que poner fecha fin, hay que pasar un año entero con sus fechas difíciles: cumpleaños, aniversarios, Navidad,esos días que le encantaban del inicio de la primavera, o las fiestas del pueblo… esos momentos que nos recuerdan especialmente a esa persona y volver a sitios con recuerdos que remueven el alma. Cuando repetimos por segunda vez esas fechas el dolor es diferente, es ausencia pero no acompaña la rabia, es más llevadero y podremos seguir viviendo…

Respecto a los factores que influyen en el duelo son muchos y algunos ya los he comentado: nuestra personalidad, la naturaleza de vínculo de relación (no es lo mismo un abuelo, que un padre , que un hijo ¡!), el tipo de muerte: tampoco es lo mismo una enfermedad que nos avisa del posible desenlace y nuestra mente lo tiene más o menos presente aunque nos neguemos a aceptarlo, que una muerte violenta , un accidente que nunca está en la mente de nadie … o que un suicidio… en este último incluso aparecen sentimientos de culpa en los familiares que hay que hablar.

¿Y nosotros qué?, ¿qué podemos hacer por nuestros pacientes como profesionales?
ACOMPAÑARLES. Acompañar al enfermo hasta el final de su vida, pudiendo además así ir trabajando con la familia el duelo desde antes de la pérdida. Acompañar a los familiares en este proceso doloroso, asesorarles a que hablen sus sentimientos, se despidan de sus familiar: no hace falta expresarlo verbalmente si es difícil, sólo con un gesto, el contacto de las manos, un beso, escuchar música juntos… hay muchas maneras, tantas como situaciones porque cada uno somos exclusivos, y cada uno descubre lo que puede ser para él o ella , una expresión de cariño que le ayude a conectar con esa persona que tanto quiere y no sabe expresarle con palabras.

En el caso de haber sufrido ya la pérdida, ACOMPAÑAR a los familiares en su duelo. Nuestra labor como profesionales es ayudar a aceptar la situación, no juzgar, dejar expresar, tranquilizar…tener una escucha activa y una actitud empática…lo importante del poder de la palabra y del SILENCIO…buscar esos espacios que nos contestan en ocasiones preguntas que conocemos la respuesta…ese tiempo de oro que le denomino yo, donde la importancia se centra en la comunicación no verbal: EN LA MIRADA

sábado, 10 de febrero de 2018

Curar con la mirada


Qué dificil es comunicar, especialmente cuando hablamos de sentimientos. Lo que ocurre es que la comunicación siempre lleva implícito sentimientos, especialmente en algunos entornos. 

Soy de la opinión que todos los trabajos tienen importancia y hay que hacerlos bien, con cariño, con respeto y por supuesto sintiéndonos respetados, pero qué duda cabe que algunos son especialmente sensibles en la comunicación. 
Me siento muy bien cuando quien me atiende, sea en el supermercado, en una tienda o en cualquier otro lugar , lo hace con una sonrisa, un saludo, un “gracias”… no cuesta tanto pero es curioso que ahora es lo excepcional. Yo incluso he tomado el hábito de cuando alguien me trata especialmente bien, dedico unos minutos de mi vida a agradecérselo, bien escribiéndole un mensaje de agradecimiento (la última vez que pedí una hoja para hacerlo, no les quedaban: “casi no se usan” me dijeron) o al menos hablándole a esa persona o a su superior de lo extraordinario del trato para que tenga un refuerzo positivo y siga con esa actitud. Al fin y al cabo, sólo se trata de eso, de actitud. 
Pues bien, voy a explicar el porqué de estas palabras: a los profesionales sanitarios casi se nos exige la actitud y las habilidades comunicacionales. No es fácil: tenemos días malos como todo el mundo, problemas, algunos días hijos enfermos que dejamos en casa pero no dejamos unos segundos de tener en la cabeza.... además no nos enseñan nada al respecto en la facultad, nos lanzan al mundo profesional sin conocer habilidades que efectivamente se van adquiriendo, pero algunas se pueden aprender y luego mejorar con la experiencia.
Recuerdo la primera vez que detecté una patología grave a una paciente en urgencias del hospital donde hacía la residencia: pasé angustia. Lo sospechaba, al explorarla lo imaginé y me lo confirmó la prueba de imagen. Era residente de primer año, sólo llevaba unas cuantas guardias así que lo primero que hice fue revisar quienes eran los adjuntos de guardia y buscar a alguien que me pudiera ayudar: respiré cuando ví quién estaba en la planta, lo conocía desde hacía poco tiempo pero por su mirada y su forma de hablar, sabía que  me comprendería y me auxiliaría, y así fue. 
Él le comunicó la noticia a la paciente delante de mí , yo asentía, me hacía la fuerte pero me apretaba la garganta… no podía ponerme a llorar delante de ella…desde entonces a ahora he estudiado mucho para ayudar en esos momentos y he aprendido mucho más con la experiencia. Reconozco que me entusiasma hablar con mis pacientes aunque algunas conversaciones sean especialmente difíciles, pero ahora sí me siento segura . Y cuando hace unos días me dijeron esas palabras: “usted cura con la mirada”, se me removió el cuerpo. Se lo agradecí muy sinceramente. 
Nosotros también necesitamos que nos miren a los ojos y nos hablen con el corazón.  

La gripe

Qué es la gripe y cómo nos afecta  La gripe es una infección respiratoria causada por el virus Influenza que tiene una a...